Hoy conoceremos la historia de vida de Lautaro Burgos, ex alumno del Instituto Canto a la Vida.
Él nació el 31 de diciembre de 1998 en Buenos Aires. Su familia está compuesta por sus padres y su hermana mayor de 25 años.
A los 14 años, él empezó a sentir una atracción por los hombres, pero decidió ocultárselo a sus familiares y eso agudizó las cosas porque estos se enteraron de la peor manera; Un día su hermana mayor, descubrió en su celular que Lauti se hablaba con hombres de casi 30 años y desesperada ella decidió contarles esto a sus papás. La situación con ellos se fue complicando ya que solían preguntarle cosas “molestas” para él, como por ejemplo si ya tenía novia, en lo que respondía que no.
Sus padres no querían aceptar que su hijo sea homosexual por su religión cristiana y enviaban a Lautaro a tener charlas con los pastores, psicólogos, etc. Como se dieron cuenta que estaba negado a cambiar su sexualidad, decidieron hacerle cerrar todas sus redes sociales y no dejarlo salir más (aclarando que hoy en día estos se arrepienten mucho).
Una de las psicólogas de la religión, le pregunto el por qué no podía cambiar por sus papás, a lo que le respondió que creía que ellos deberían cambiar por él si querían que fuera feliz. La psicóloga entendió que no era un capricho lo que el tenía, lo sentía de verdad, esa atracción por los hombres no le pasaba con las mujeres, entonces decidió citar a sus papás y contarles todo esto. De a poco con ayuda de esta ellos lograron entender lo que su hijo sentía.
A los 16 años, Lauti se puso de novio con un chico, al cual ya pudo presentar tranquilamente en su casa sin problema alguno. “Realmente, con una mujer nunca sentí la misma pasión, la misma conexión que siento con un hombre...” agrega.
Lautaro sufrió bullying en el colegio solamente por ser homosexual; En el año 2015, mes de diciembre, él tenía que ir a rendir unas materias, por lo cual, ya en el colegio, decide salir un rato con una amiga y volver en el momento de rendir matemática. Cuando salieron, fueron para una plaza ubicada cerca del colegio, y, antes de llegar, lo estaba esperando un chico con un palo en la esquina, quería pegarle, Lauti decide pasar por al lado e ignorarlo, pero después de dos pasos , siente un golpe fuerte en su nuca, cae al piso y empieza a escuchar los gritos de su amiga.. El chico empezó a pegarle piñas hasta que lo salvo un policía civil que estaba por ahí. Uno de los golpes le dejo un tajo grande en la cabeza por lo cual lo llevaron a el hospital y lo cocieron. Es el día de hoy en que él se sigue cruzando con este chico y solo se miran. “Todos los días tengo que lidiar con esto, ya que siempre me gritan cosas desagradables en la calle” nos cuenta.

Por Renata Cimadoro
Él nació el 31 de diciembre de 1998 en Buenos Aires. Su familia está compuesta por sus padres y su hermana mayor de 25 años.
A los 14 años, él empezó a sentir una atracción por los hombres, pero decidió ocultárselo a sus familiares y eso agudizó las cosas porque estos se enteraron de la peor manera; Un día su hermana mayor, descubrió en su celular que Lauti se hablaba con hombres de casi 30 años y desesperada ella decidió contarles esto a sus papás. La situación con ellos se fue complicando ya que solían preguntarle cosas “molestas” para él, como por ejemplo si ya tenía novia, en lo que respondía que no.
Sus padres no querían aceptar que su hijo sea homosexual por su religión cristiana y enviaban a Lautaro a tener charlas con los pastores, psicólogos, etc. Como se dieron cuenta que estaba negado a cambiar su sexualidad, decidieron hacerle cerrar todas sus redes sociales y no dejarlo salir más (aclarando que hoy en día estos se arrepienten mucho).
Una de las psicólogas de la religión, le pregunto el por qué no podía cambiar por sus papás, a lo que le respondió que creía que ellos deberían cambiar por él si querían que fuera feliz. La psicóloga entendió que no era un capricho lo que el tenía, lo sentía de verdad, esa atracción por los hombres no le pasaba con las mujeres, entonces decidió citar a sus papás y contarles todo esto. De a poco con ayuda de esta ellos lograron entender lo que su hijo sentía.
A los 16 años, Lauti se puso de novio con un chico, al cual ya pudo presentar tranquilamente en su casa sin problema alguno. “Realmente, con una mujer nunca sentí la misma pasión, la misma conexión que siento con un hombre...” agrega.
Lautaro sufrió bullying en el colegio solamente por ser homosexual; En el año 2015, mes de diciembre, él tenía que ir a rendir unas materias, por lo cual, ya en el colegio, decide salir un rato con una amiga y volver en el momento de rendir matemática. Cuando salieron, fueron para una plaza ubicada cerca del colegio, y, antes de llegar, lo estaba esperando un chico con un palo en la esquina, quería pegarle, Lauti decide pasar por al lado e ignorarlo, pero después de dos pasos , siente un golpe fuerte en su nuca, cae al piso y empieza a escuchar los gritos de su amiga.. El chico empezó a pegarle piñas hasta que lo salvo un policía civil que estaba por ahí. Uno de los golpes le dejo un tajo grande en la cabeza por lo cual lo llevaron a el hospital y lo cocieron. Es el día de hoy en que él se sigue cruzando con este chico y solo se miran. “Todos los días tengo que lidiar con esto, ya que siempre me gritan cosas desagradables en la calle” nos cuenta.
Por Renata Cimadoro
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