Todos oímos alguna vez hablar de las “almas gemelas”, que son aquellas almas que están
destinadas a reencontrarse una y otra vez a través de las distintas tradiciones espirituales.
Un alma gemela no es aquella que es idéntica a vos, sino la que encaja perfectamente con vos. Todos alguna vez nos preguntamos cómo serían las cosas si verdaderamente encontráramos, en esta vida, nuestra alma gemela.
Muchas veces confundimos las almas gemelas con el amor de nuestras vidas, que son cosas muy distintas. Un alma gemela puede ser tanto un familiar, como un amigo y hasta nuestra pareja. La relación que una persona tiene con su alma gemela no es ni parecida a la que tuvo anteriormente. Se darán cuenta al encontrarla, porque la van a amar intensamente, como nunca amaron a nadie. Sentís que amás la totalidad de la otra persona, ya sea con los mil defectos que tenga. Se dice que sin que te cuenten nada sobre tu alma gemela sabés todo sobre él/ella, que no hay secretos entre ustedes porque pueden leerse con los ojos del alma, ni aunque quisieran podrían ocultarse algo.
Un “mito” dice que el encuentro físico con tu alma gemela es como una escena de película. Lleno de sincronicidades, casualidades y misterios. Un lugar al que fuimos “de casualidad”, una llamada a un número equivocado, todas estas situaciones tan inesperadas pueden ser nuestro primer encuentro con nuestra alma gemela, y te vas a dar cuenta de quién es. Te vas a dar cuenta cuando estés mirando a la nada misma y aparezca, porque vas a sentir su presencia, vas a mirarlo/a y vas a saber que esa es tu alma gemela. Y las sincronicidades van a seguir, vas a escuchar su nombre en todos lados, vas a escuchar canciones que te recuerden a esa persona, vas a encontrarte flotando inexplicablemente en su perfume, y ahí vas a reafirmar que aquella persona que
conociste no era una más. 
Es posible también que tengan varios encuentros y desencuentros a lo largo de la vida, hasta que los dos estén listos para la intensidad y la entrega que requiere esta unión. Es posible, inclusive, que sin saberlo hayan estado en los mismos lugares al mismo tiempo. También puede suceder que, aún antes de conocerse físicamente, se hayan soñado. Cuando finalmente se encuentran, se sienten muy cómodos, como si se conocieran de toda la vida. Algo se activa en el alma de los dos, empiezan a recordarse, como si hubieran regresado a casa después de un largo viaje. Puede que tengan un largo período de separación luego de haberse conocido, pero es normal. Además, los dos saben que se volverán a encontrar, aunque no se lo digan, aunque vivan lejos, a pesar de cualquier circunstancia su destino es encontrarse. La conexión que hay entre ustedes visible por quienes los ven juntos. Emanan amor. Quienes los observan separados, cada uno por su lado, pueden percibir el hilo energético que los une. El “hilo rojo”, una leyenda oriental, que dice que une a las personas que están destinadas a estar juntas.
Este hilo no desaparece jamás y se traslada a través de las vidas con las personas a las cuales los une. Un hilo sin tiempos, sin distancias. El hilo se seguirá extendiendo hasta el infinito, y de alguna manera u otra va a unir a las almas gemelas, las personas que están destinadas a conocerse a lo largo de todas sus vidas.
Pero ¿quién sabe? Son mitos, leyendas. Uno nunca sabe hasta que lo experimenta realmente.






Por: Macarena Palavecino

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